Eso juega mucho a favor del cuidado porque tienen muy en claro que en lo dañino no hay que hacerlo.
-Reciben muchos mensajes acerca de lo que se debe hacer. Pero lo más importante es explicarles la razón por la que hay que hacerlo.
-Es importante encontrar ejemplos concretos. El chico puede ver montones de basura, pero no sabemos si con eso puede concebir que el mundo se está destruyendo.
-Hay que despertarles los sentidos. Para que les surjan el gusto y la sensibilidad por cuidar la vida.
-Hablar con ellos para ver qué saben. Ordenar lo que ellos ya conocen antes de llenarlos de información nueva.
-Los adultos somos el referente más cercano que tienen. Si no ven un reflejo de cómo hacer las cosas, es imposible que adopten ese hábito.
Revista OHLALÁ ! Edición del mes de Enero del 2012
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